miércoles, 9 de diciembre de 2009

Hibisco



Hibiscus syriacus (rosa siria) e Hibiscus rosa-sinensis (rosa china) son las especies más utilizadas.
Sitúalo a pleno sol. Para florecer con fuerza, el hibisco necesita calor y mucho sol.
Instálalo en un suelo calizo, fértil, poroso y bien drenado, aunque se adapta a cualquier tipo. Para cultivarlo en maceta mezcla una tercera parte de turba y dos de arena.
Plántalo en otoño o en primavera y disfrutarás de sus flores desde principios de verano. Si lo cuidas bien, la floración se prolongará hasta el otoño.
Riégalo frecuentemente sin encharcar. Es muy sensible a la sequía en sus fases de crecimiento y floración.
Evita encharcarlo y reduce el riego al mínimo en invierno. Sigue regando las macetas.
Pódalo todos los años para controlar su crecimiento y potenciar su floración. Hazlo a finales de invierno en el caso de la rosa china, acortando en un tercio la longitud de los tallos, y en primavera en el de la rosa siria. Corta las ramas muy largas y elimina las débiles o desordenadas.
Multiplícalo por esquejes o siembra. Obtén esquejes semileñosos de las especies perennes a finales de primavera a partir de brotes laterales no floríferos. Siembra las especies anuales en el lugar definitivo a principios de primavera o a resguardo a finales de invierno.